Ayer salí a la calle, quizá con más consciencia que otros años, fui de compras, en busca de algunos regalos y una que otra cosa que me provoque o se me antoje comprar.
Vi mucho movimiento y mucha gente en las calles y en los centros comerciales y en los mercados y supermercados, comprando mucha comida y regalos y bebidas.
Las plazas llenas de gente tomándose fotos, llenas de foquitos y adornos y nacimientos y comerciantes, una gran fiesta.
Nunca me gustó la navidad, porque es la época del año donde se nota más la miseria de mucha gente, niños que viven en la calle y gente que no tiene realmente nada, ni mucho menos algo para celebrar y que de hecho no tuvieron la misma suerte que nosotros.
No me siento cómodo comiendo una gran cena, sabiendo que hay gente en las calles mendigando bajo la lluvia o drogándose bajo los puentes de las grandes avenidas, sintiendo una pena y desesperanza profunda en su corazón
En fin así es este mundo.
Pero hoy, estuve pensando, y al fin de cuentas ¿Qué significa esta navidad? ¿Qué tiene de especial este 24 de diciembre de 2012?
Y llegué a la conclusión, sin mucho esfuerzo, de que este 24 de diciembre de 2012, es nada más y nada menos que el cumpleaños 2011 de Jesús.
Yo no creo en el padre de Jesús, ni soy cristiano, pero tengo una enorme admiración por Jesús, por su obra, por los cambios que trajo al mundo, por su impresionante capacidad de liderazgo y por que más allá de cualquier consideración fue hombre (ser humano) lo que lo convierte en un semidiós. Y es, según yo, esa mezcla de dios y de Hombre, lo que lo hace un ser singular, humilde en toda su grandeza y lo convierte en lo que ha sido, el Redentor, en toda la dimensión de esa palabra.
Aquí en la tierra, nos hemos acostumbrado a celebrar la navidad, olvidando totalmente su sentido original.
Hoy es el cumpleaños de Cristo y muchos están invitados a celebrar en sus casas, haciéndole una gran fiesta para él y no es para menos cumple 2011 años y vamos a celebrarlo en familia. ¿Cuántos recibirán a Cristo en su mesa hoy?
Es así que, esta noche, que más allá de los regalos (que para mi son lo mejor de las fiestas, especialmente para ver la inmensa alegría de los niños cuando los abren), sintamos la paz y la armonía que nos regalará el cumpleañero, sentado en nuestra mesa, compartiendo.
Quizá no coincidas con algunas ideas o conceptos de este texto, pero eso no tiene la menor importancia, por que de lo que se trata es de lo siguiente.
Hoy, quiero desearte que Jesús llegue a tu corazón y al de cada uno de los miembros de tu corazón y lo ilumine más que nunca y te regale el más grandioso don que es la paz, para que more en tu corazón durante todo el año, dándote alegría y esperanza.