Bolivia se encontró nuevamente con una realidad que hemos negado sistemáticamente desde la fundación de la República en 1825.
Las grandes mayorías de Bolivia ofrendaron su vida para la liberación del yugo español, para la guerra del chaco, para tantos levantamientos y después de los acontecimientos, siempre fueron olvidados y engañados.
Ha llegado la hora de dejar los enunciados de lado y entender que Bolivia está formada por un conjunto de varias naciones que hoy reclaman participación y atención de demandas que no se pueden soslayar.
Las dos bolivias deben quedar en el pasado para construir una sola que contenga lo mejor de ambas.
Los muchos privilegios de unos pocos tienen que ser los pocos privilegios de todos.
SEÑALES QUE NO FUERON ESCUCHADAS
Muchas señales fueron las que nos decían cada vez con más fuerza hasta llegar a la furia incontenible en los sucesos que marcarán un nuevo rumbo de la historia.
Recordemos la marcha por la dignidad y la vida, los hechos de abril y de septiembre cuando la guerra del agua, los bloqueos contundentes que protagonizaron los campesinos y tantos otros.
Sencillamente los políticos los ignoraron y siguieron abusando del poder con el mayor descaro y total falta de ética.
Ha llegado la hora de aceptar, interpretar y asumir dichos acontecimientos con verdaderas señales del deseo de una refundación del país como lo planteó Santa Cruz al país, acaso no era esta una señal con otros códigos, también.
UNA CORRECTA LECTURA DE LA REALIDAD
Se hace menester una nueva relectura de nuestra sociedad, de nuestra situación económica, geográfica, financiera, social, educativa, moral, ética.
Basta de tener los oídos taponados con la angurria de poder y de dinero. Ahora el pueblo dijo su verdad de un modo diferente y es hora de escuchar y actuar en base a los deseos de la mayoría.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y SU ROL
Los sindicatos, las centrales departamentales de trabajadores y la Centra Obrera Boliviana, durante los gobiernos sustentados con la ignorancia y la sangre del pueblo, jugaban el papel de intermediarios entre el estado y la sociedad civil.
Cuando terminaron las cruentas, calamitosas y miserables dictaduras militares surgieron nuevamente los partidos políticos con un rol fundamental el de reemplazar la intermediación entre el estado y la sociedad civil.
Fue lo peor que le pudo pasar a Bolivia, pues los partidos políticos se convirtieron en grupos de gente que una vez que ostentaba el poder cometía excesos, tergiversaba el sentido de la democracia y sólo se servia del pueblo y de las arcas del país.
Los partidos que debían buscar intelectuales, profesionales y formar líderes, se quedaron con la idea de perpetuarse en el gobierno como medio de vivir asaltando y esquilmando todo lo posible a Bolivia y enriqueciéndose ilícitamente.
Hoy los partidos políticos tienen una imagen devaluada al extremo que la gente exige que las postulaciones a cargos públicos se los haga de modo directo. Los políticos no han sabido oír, menos atender las demandas de la población.
Esto ha generado una seria ruptura entre la clase política y la gente del pueblo que ve a estos como a unos pillos de cuello blanco y quiere en no pocos casos que se los ejecute por sus actos de corrupción.
La imagen deteriorar será muy difícil de recomponer, pues el daño hecho a la gente es muy grande.
Hoy la gente exige ser escuchada, y tiene toda la razón, es así que se convierten en válidos todos los todos los mecanismos para alcanzar este objetivo, incluidos la violencia y la destrucción, porque pareciera no haber otra forma y así sucedió.
LA CADUCIDAD DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA
Un hecho que ha quedado muy claro es que la democracia representativa no tiene ningún sentido ni vigencia, así algunos obsoletos y caducos intelectuales se resistan a entenderlo y asumirlo.
La democracia es el gobierno del pueblo y si la constitución dice lo contrario, está mal redactada y ojalá sea modificada. La democracia no puede ser el gobierno de unos pocos y menos de unos cuantos ladrones, vividores y aprovechados, como los son todos los partidos políticos sin excepción.
GOBERNABILIDAD EN LAS CALLES
En días pasados fuimos mudos testigos de la democracia de verdad, de la democracia en las calles, esa democracia que se impone sobre los intereses de unos cuantos para buscar el bien común, el bien de todos o, al menos, el bien de las mayorías.
Esa democracia que volverá si es que sus demandas y deseos no son escuchados, consensuados adecuada y participativamente y atendidos.
ANTES Y DESPUES DE OCTUBRE DE 2003
El ahora ex-presidente Gonzalo Sánchez de Lozada se negó a escuchar a los bolivianos, los jefes de los partidos políticos como Jaime Paz y Manfred Reyes lo apoyaron y respaldaron hasta el último momento ignorando el pensamiento de la mayoría, el resultado lo conocemos todos.
De seguro la historia de Bolivia comienza una nueva etapa, la que estamos comenzando a vivir.
El Presidente Carlos Mesa, con no pocos méritos, entra al gobierno con una popularidad y expectativas envidiable para mucho políticos, pero algo que está muy claro es que será el conductor de la nueva Bolivia, esa Bolivia que da sus primeros pasos a reconstruirse, rediseñarse, si bien se corren muchos riesgos como la desintegración o peléas y pugnas políticas y de intereses sociales y económicos, este riesgo desde luego que vale la pena, porque como estabamos ya no podíamos seguir, la sociedad y la estructra de nuestro país esta ya muy resquebajada.
EL GRAN DESAFÍO
LA GRAN LECCIÓN
Las grandes mayorías de Bolivia ofrendaron su vida para la liberación del yugo español, para la guerra del chaco, para tantos levantamientos y después de los acontecimientos, siempre fueron olvidados y engañados.
Ha llegado la hora de dejar los enunciados de lado y entender que Bolivia está formada por un conjunto de varias naciones que hoy reclaman participación y atención de demandas que no se pueden soslayar.
Las dos bolivias deben quedar en el pasado para construir una sola que contenga lo mejor de ambas.
Los muchos privilegios de unos pocos tienen que ser los pocos privilegios de todos.
SEÑALES QUE NO FUERON ESCUCHADAS
Muchas señales fueron las que nos decían cada vez con más fuerza hasta llegar a la furia incontenible en los sucesos que marcarán un nuevo rumbo de la historia.
Recordemos la marcha por la dignidad y la vida, los hechos de abril y de septiembre cuando la guerra del agua, los bloqueos contundentes que protagonizaron los campesinos y tantos otros.
Sencillamente los políticos los ignoraron y siguieron abusando del poder con el mayor descaro y total falta de ética.
Ha llegado la hora de aceptar, interpretar y asumir dichos acontecimientos con verdaderas señales del deseo de una refundación del país como lo planteó Santa Cruz al país, acaso no era esta una señal con otros códigos, también.
UNA CORRECTA LECTURA DE LA REALIDAD
Se hace menester una nueva relectura de nuestra sociedad, de nuestra situación económica, geográfica, financiera, social, educativa, moral, ética.
Basta de tener los oídos taponados con la angurria de poder y de dinero. Ahora el pueblo dijo su verdad de un modo diferente y es hora de escuchar y actuar en base a los deseos de la mayoría.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y SU ROL
Los sindicatos, las centrales departamentales de trabajadores y la Centra Obrera Boliviana, durante los gobiernos sustentados con la ignorancia y la sangre del pueblo, jugaban el papel de intermediarios entre el estado y la sociedad civil.
Cuando terminaron las cruentas, calamitosas y miserables dictaduras militares surgieron nuevamente los partidos políticos con un rol fundamental el de reemplazar la intermediación entre el estado y la sociedad civil.
Fue lo peor que le pudo pasar a Bolivia, pues los partidos políticos se convirtieron en grupos de gente que una vez que ostentaba el poder cometía excesos, tergiversaba el sentido de la democracia y sólo se servia del pueblo y de las arcas del país.
Los partidos que debían buscar intelectuales, profesionales y formar líderes, se quedaron con la idea de perpetuarse en el gobierno como medio de vivir asaltando y esquilmando todo lo posible a Bolivia y enriqueciéndose ilícitamente.
Hoy los partidos políticos tienen una imagen devaluada al extremo que la gente exige que las postulaciones a cargos públicos se los haga de modo directo. Los políticos no han sabido oír, menos atender las demandas de la población.
Esto ha generado una seria ruptura entre la clase política y la gente del pueblo que ve a estos como a unos pillos de cuello blanco y quiere en no pocos casos que se los ejecute por sus actos de corrupción.
La imagen deteriorar será muy difícil de recomponer, pues el daño hecho a la gente es muy grande.
Hoy la gente exige ser escuchada, y tiene toda la razón, es así que se convierten en válidos todos los todos los mecanismos para alcanzar este objetivo, incluidos la violencia y la destrucción, porque pareciera no haber otra forma y así sucedió.
LA CADUCIDAD DE LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA
Un hecho que ha quedado muy claro es que la democracia representativa no tiene ningún sentido ni vigencia, así algunos obsoletos y caducos intelectuales se resistan a entenderlo y asumirlo.
La democracia es el gobierno del pueblo y si la constitución dice lo contrario, está mal redactada y ojalá sea modificada. La democracia no puede ser el gobierno de unos pocos y menos de unos cuantos ladrones, vividores y aprovechados, como los son todos los partidos políticos sin excepción.
GOBERNABILIDAD EN LAS CALLES
En días pasados fuimos mudos testigos de la democracia de verdad, de la democracia en las calles, esa democracia que se impone sobre los intereses de unos cuantos para buscar el bien común, el bien de todos o, al menos, el bien de las mayorías.
Esa democracia que volverá si es que sus demandas y deseos no son escuchados, consensuados adecuada y participativamente y atendidos.
ANTES Y DESPUES DE OCTUBRE DE 2003
El ahora ex-presidente Gonzalo Sánchez de Lozada se negó a escuchar a los bolivianos, los jefes de los partidos políticos como Jaime Paz y Manfred Reyes lo apoyaron y respaldaron hasta el último momento ignorando el pensamiento de la mayoría, el resultado lo conocemos todos.
De seguro la historia de Bolivia comienza una nueva etapa, la que estamos comenzando a vivir.
El Presidente Carlos Mesa, con no pocos méritos, entra al gobierno con una popularidad y expectativas envidiable para mucho políticos, pero algo que está muy claro es que será el conductor de la nueva Bolivia, esa Bolivia que da sus primeros pasos a reconstruirse, rediseñarse, si bien se corren muchos riesgos como la desintegración o peléas y pugnas políticas y de intereses sociales y económicos, este riesgo desde luego que vale la pena, porque como estabamos ya no podíamos seguir, la sociedad y la estructra de nuestro país esta ya muy resquebajada.
EL GRAN DESAFÍO
LA GRAN LECCIÓN