No Cabe duda alguna que la velocidad del mundo ha aumentado considerablemente. El mundo de hoy, no es más el de otrora; ya no veremos carruajes, sino Jets; no veremos la luna ni las estrellas, sino que veremos automóviles veloces y enormes edificios; no escucharemos a los pájaros y el silbar del viento, sino el bullicio permanente de la antigua ciudad convertida en metrópolis. Ya no saludaremos al vecino; estaremos pendientes del reloj. Pero eso no es todo.
Las computadoras han alcanzado una nueva generación: “las que toman decisiones”; la economía cada día es más global; vivimos agobiados por una especie de “reino” unipolar; El mundo es, inclusive, partícipe de expediciones espaciales; el auge de la ya famosa navegación por las autopistas de información; hasta la suplantación de la Planificación Estratégica a la ya obsoleta Planificación Operativa. ¡Que velocidad... que ritmo...!
No obstante, el tercer mundo aún no resuelve problemas elementales como su alimentación, subdesarrollo, salud, saneamiento básico y principalmente su capacitación, su educación, su formación laboral.
Si adoptamos la cómoda postura de buscar a los responsables estaremos, una vez más, perdiendo el tiempo. Debemos ponernos a trabajar. Recopilemos las palabras de Thomas A. Edison: “La frase: ’voy a hacer algo’ resuelve más problemas que la frase: ‘hay que hacer algo’ “. Lo que quiero sostener con dicha frase es que debo comenzar a autoformarme yo, a trabajar yo; no esperar que otros hagan el trabajo o el estudio, así las cosas irán mejor. Cuando comencemos la crítica y solución por casa.
La educación es fundamental para el desarrollo de los pueblos; un pueblo sin cultura, sin educación es un pueblo fácil de conquistar. Mariano Baptista dijo: “El verdadero huérfano es aquel que no ha recibido educación”. Es fundamental que nosotros, los jóvenes, nos preparemos para el futuro, forjemos nuestro carácter, templemos nuestro espíritu, llenemos nuestras arcas de conocimiento.
Sólo de este modo podremos alcanzar el desarrollo y conseguiremos sacar a nuestro país de la postración, de la opresión, de la pobreza y la ignorancia. Y no olvidemos lo que dijo José Ingenieros: “De todos los caminos que conducen a la fortuna, los más seguros son la ‘Constancia’ y el ‘trabajo’”
Es fundamental que quien sufre los avatares de la pobreza y el atraso asuma el reto hoy mismo, la cuestión no está en la velocidad del mundo que nos circunda, la cuestión está en el esfuerzo que hagamos cada día de ser mejores para luego transmitir esa fuerza, esa energía a los demás, por un mañana mejor.
Las computadoras han alcanzado una nueva generación: “las que toman decisiones”; la economía cada día es más global; vivimos agobiados por una especie de “reino” unipolar; El mundo es, inclusive, partícipe de expediciones espaciales; el auge de la ya famosa navegación por las autopistas de información; hasta la suplantación de la Planificación Estratégica a la ya obsoleta Planificación Operativa. ¡Que velocidad... que ritmo...!
No obstante, el tercer mundo aún no resuelve problemas elementales como su alimentación, subdesarrollo, salud, saneamiento básico y principalmente su capacitación, su educación, su formación laboral.
Si adoptamos la cómoda postura de buscar a los responsables estaremos, una vez más, perdiendo el tiempo. Debemos ponernos a trabajar. Recopilemos las palabras de Thomas A. Edison: “La frase: ’voy a hacer algo’ resuelve más problemas que la frase: ‘hay que hacer algo’ “. Lo que quiero sostener con dicha frase es que debo comenzar a autoformarme yo, a trabajar yo; no esperar que otros hagan el trabajo o el estudio, así las cosas irán mejor. Cuando comencemos la crítica y solución por casa.
La educación es fundamental para el desarrollo de los pueblos; un pueblo sin cultura, sin educación es un pueblo fácil de conquistar. Mariano Baptista dijo: “El verdadero huérfano es aquel que no ha recibido educación”. Es fundamental que nosotros, los jóvenes, nos preparemos para el futuro, forjemos nuestro carácter, templemos nuestro espíritu, llenemos nuestras arcas de conocimiento.
Sólo de este modo podremos alcanzar el desarrollo y conseguiremos sacar a nuestro país de la postración, de la opresión, de la pobreza y la ignorancia. Y no olvidemos lo que dijo José Ingenieros: “De todos los caminos que conducen a la fortuna, los más seguros son la ‘Constancia’ y el ‘trabajo’”
Es fundamental que quien sufre los avatares de la pobreza y el atraso asuma el reto hoy mismo, la cuestión no está en la velocidad del mundo que nos circunda, la cuestión está en el esfuerzo que hagamos cada día de ser mejores para luego transmitir esa fuerza, esa energía a los demás, por un mañana mejor.