ENSAYO CRÍTICO
LA COMUNICACIÓN Y SU INVESTIGACIÓN
En este trabajo pretendo analizar, de modo obviamente parcial, la necesidad que existe de re - inventar la investigación de la comunicación. A lo que me refiero es: a asumir los drásticos y vertiginosos cambios tecnológicos que ha sufrido la comunicación en los últimos años. Prefiero hacerlo desde el punto de vista de la comunicación como un hecho más humano - entendido como una necesidad básica de existencia y, más aún, de convivencia – imprescindible y no actual sino, más bien, desde tiempos inmemoriales; o por lo menos, apartarme de la aparente condición de tener que estudiar, casi obligatoriamente, la masmediación.
Además, es menester precisar la magnitud de la comunicación que va desde los medios masivos y la cultura popular hasta el lenguaje y el comportamiento individual y social[1].
¿QUÉ ES LA COMUNICACIÓN?
La comunicación es una de las actividades humanas que todo el mundo reconoce pero que pocos pueden definir satisfactoriamente. Comunicación es hablar uno con otro, es televisión, es difundir información, es nuestro estilo de peinado, es crítica literaria: la lista es ilimitada[2].
Frente a esta posición, a la que me adscribo, resta decir que: el objeto, los métodos y las teorías, serán de lo más diversas. Pensar que la comunicación debe emplear solamente métodos propios para sus investigaciones y tener un único objeto de estudio no creo que sea lo más acertado ni, dicha exigencia, la más justa.
LA INVESTIGACIÓN
Toda investigación se orienta hacia la solución de un problema determinado. El investigador, al observar la realidad en sus múltiples manifestaciones, al observar fenómenos no esperados o desconocidos por él, descubre situaciones problemáticas... cualquier problema científico implica que todavía no se conocen los medios y los métodos de solución... Con eso queremos afirmar, que el punto de partida de cualquier investigación científica está en la determinación y formulación de un problema.[3]
Sin embargo, en comunicación, habrá que re - orientar el curso de la búsqueda de los mencionados problemas, que nos permitirán aportar al conocimiento científico, esta vez, en áreas que no han sido exploradas aún. Ya que se sabe mucho de los medios masivos, por ejemplo; pero no se sabe nada, o muy poco, de la comunicación interpersonal, especialmente, en cuanto a estudios específicos de comunicación se refiere.
Engels mostró que el desarrollo general del conocimiento de la naturaleza, la sociedad y la actividad espiritual de las personas incluye las siguientes fases principales: observación directa del objeto de estudio como un conjunto en el que todo cambia y está interrelacionado; análisis del objeto resaltando sus distintas facetas y estudiando sus elementos; reconstitución del cuadro de conjunto del objeto sobre la base de las fracciones que habían sido establecidas, es decir, sobre la base de unir el análisis y la síntesis[4].
Es importante la necesidad de hacer hincapié en el empeño y la rigurosidad con la que debe ser abordada la investigación científica en comunicación. Un de las razones que me lleva a pensar en lo mencionado es que Descartes dice: “Nada diré de la Filosofía, ciencia cultivada desde hace muchos siglos por los más poderosos espíritus, y, sin embargo, siempre sujeta a discusión en cualquiera de sus partes, lo que demuestra su incertidumbre y cuán dudosa es... Consideré el gran número de opiniones diferentes que hay para cualquier asunto y cómo una misma cosa se interpreta de muy distintas maneras, aunque estos criterios los mantengan personas doctas. Sin embargo, una cosa no tiene más que una sola verdad, de modo que empecé a considerar falso todo aquello que no es más que verosímil[5].
Traigo estas palabras por la preocupación que me produjo un texto leído de Mario Bunge en el que hace referencia a la Filosofía de las Ciencias Sociales: “Quien se acerca a las ciencias sociales desde las ciencias naturales se siente inicialmente repelido por la oscuridad de la jerga, la pobreza e inexactitud de las ideas, y las pretensiones de hacer pasar la búsqueda de datos sin importancia por investigación científica y la doctrina imprecisa por teoría científica. Por ejemplo, el eminente biólogo de Princeton, John Tyler Bonner (1975), escribe que la sociología humana ‘parece una ciénaga, una mezcla lóbrega de lo obvio y lo oscuro’. Esta impresión se justifica a medias... Una de las características típicas del subdesarrollo es que su propia sociología es subdesarrollada. Es decir, los trabajos que se ocupan del subdesarrollo alcanzan rara vez un nivel científico moderno... solemos llamar Facultad de Ciencias Sociales a lo que casi siempre es una escuela de Ideologías Sociales... Casi toda la producción sociológica, psicosociológica y politológica referente a Latinoamérica exhibe, en mayor o menor grado, diversos defectos conceptuales. Toda ella usa (y a veces a abusa de) nociones oscuras o imprecisas... en las ciencias sociales hay tendencia a dignificar con el nombre de teoría a cualquier montón de opiniones, por desconectadas que estén y por infundadas que sean. Casi siempre se trata de meros marcos teóricos o de doctrinas”[6].
Por tanto, diremos que es muy importante que nuestra investigación sea “sincera” y, como ya dije, muy rigurosa en su elaboración, no sólo porque ojos extremadamente críticos nos tendrán en la mira, sino debido a que el trabajo que se desarrolle, al hacer ciencia permitirá - u obstaculizará - el desarrollo no sólo de la ciencia en si, sino también de la sociedad en su conjunto.
Es menester, también, tomar muy en cuenta los cambios tecnológicos que estamos viviendo. Sin duda, éstos, van a significar transformaciones severas en nuestra vida cotidiana y, ya lo han hecho, en la comunicación. Tal vez una de las respuestas más cercanas y de un nivel envidiable es la que propone José Luis Exeni haciendo referencia a las Políticas Nacionales planteadas por el Dr. Luis Ramiro Beltrán: “Partimos de una constatación básica: no es posible pensar en las políticas de comunicación, ni tampoco repensarlas, al margen de la influencia del pensamiento y acción de Luis Ramiro Beltrán. Y es que cuando en uno de nuestros países se habla de planificación de la comunicación para el desarrollo, la presencia de este comunicólogo y maestro boliviano es como un “molestoso fantasma” que está siempre ahí para recordarnos que, cercanos al próximo milenio, la utopía de democratizar la comunicación sigue vigente[7]. Reflejamos estas palabras por dos razones, la primera: Luis Ramiro Beltrán es un claro ejemplo de calidad de investigación; y la segunda: se pueden plantear novedades muy grandes en cuanto a comunicación y su investigación se refiere.
Si pensamos en un neoimperialismo cultural norteamericano, debemos remitirnos a lo que dice Ignacio Ramonet: “La cuestión volvió a la actualidad a comienzos de los noventa con motivo de las discusiones del GATT (transformada más adelante en Organización Mundial del Comercio). La posición de los europeos frente al dominio de los Estados Unidos se aproximó bastante a la de los países del Sur. De forma inesperada, pudo verse a ministros conservadores, como el de Cultura de Francia en la época, hablando de ‘imperialismo cultural norteamericano’, como lo hubiera hecho veinte años antes un militante de extrema izquierda. En definitiva, se recordaba de pronto que ese imperialismo podía constatarse realmente”[8]
Creo que si se ha realizado investigaciones en las que se ha hecho énfasis en una visión marxista y hoy las cosas han cambiando, esto ha sucedido sólo en apariencia. Como dice Daniel Prieto: “...en la década de los setenta denunciábamos lo que hoy es una realidad. Ahora frente a esta realidad hay varias posibilidades, una de ellas es asustarnos, satanizarla y decir que todo está mal; el otro extremo es decir ‘vivan los medios, viva el mercado’, todo está bien. Considero que no podemos tener una actitud maniqueista y pasar de la satanización a la entrega sonriente. Hay que buscar un punto medio. Todos los medios de comunicación tenemos la obligación... de meternos en este mundo y de trabajar dentro de él. No podemos seguir tirando flechas contra el satélite”. O como manifiesta Héctor Schmucler: “La realidad ha cambiado, se ha convertido en otra dimensión, y entonces lo que tendría que hacer la teoría crítica, si es que estamos pensando en una teoría crítica, es ver cómo funciona esta nueva realidad las formas del dominio, y en ese sentido tienen que modificarse también las teorías, no las construcciones generales[9].
En síntesis, la investigación de la comunicación ha recibido, con los cambios actuales, otra suma de complicaciones a las que ya tenía ésta inicialmente. Pero, será tarea preponderante de los actuales comunicólogos estudiarla, desmenuzarla y plantear nuevas posibilidades y perspectivas al respecto. Pronto.
BIBLIOGRAFÍA
· BUNGE, Mario. "Epistemología" 3ª Edic., 1993 Pags. 155, 175 – 178.. Edit. . Ariel.
· DESCARTES, Renato. “Discurso del Método”, 1980, Edit. Mediterráneo, Pag.26 – 27.
· EXENI, José Luis. “Repensar las Políticas de Comunicación en los Noveinta en “Comunicación si centro”, 1997, Ministerio de Desarrollo Humano, Pag. 242.
· FISKE John. “Introducción al Estudio de la Comunicación”, 1984, Edit. Norma, Pag. XV.
· KEDROV, M.B. y Spirkin, A. "La Ciencia", p.14. Edit.Grijalbo.1968.
· LADRÓN DE GUEVARA, Verónica. “La comunicación a fin de siglo”, de la Revista “Umbral XXI”, Entrevista, 1993, Pags.4 – 12.
· RAMONET, Igancio. “La Tiranía de la Comunicación”, Edit. Debate, 1998, Pag. 144.
· RODRIGUEZ Francisco. Y otros, “Introducción a la Metodología de las Investigaciones Sociales”, 1985, Edit. Política, pag. 67 – 68.
[1] John Fiske, Introducción al Estudio de la Comunicación, 1984, Edit. Norma, Pag. XV.
[2] Ibid. Pag. XIX.
[3] F. Rodriguez, I. Barrios y M.T. Fuentes, Introducción a la Metodología de las Investigaciones Sociales, 1985, Edit. Política, pag. 67 – 68.
[4] M. B. KEDROV y Spirkin, A. "La Ciencia", 1968, Edit.Grijalbo, Pag. 14.
[5] Renato Descartes, Discurso del Método, 1980, Edit. Mediterráneo, Pag.26 – 27.
[6] Mario Bunge, Epistemología, 1993, Edit. Ariel, Pags. 155, 175 – 178.
[7] José Luis Exeni, Repensar las Políticas de Comunicación en los Noveinta en “Comunicación si centro”, 1997, Ministerio de Desarrollo Humano, Pag. 242.
[8] Igancio Ramonet, La Tiranía de la Comunicación, Edit. Debate, 1998, Pag. 144.
[9] Verónica Ladrón de Guevara, La comunicación a fin de siglo de Revista “Umbral XXI”, Entrevista, 1993, Pags.4 – 12.
LA COMUNICACIÓN Y SU INVESTIGACIÓN
En este trabajo pretendo analizar, de modo obviamente parcial, la necesidad que existe de re - inventar la investigación de la comunicación. A lo que me refiero es: a asumir los drásticos y vertiginosos cambios tecnológicos que ha sufrido la comunicación en los últimos años. Prefiero hacerlo desde el punto de vista de la comunicación como un hecho más humano - entendido como una necesidad básica de existencia y, más aún, de convivencia – imprescindible y no actual sino, más bien, desde tiempos inmemoriales; o por lo menos, apartarme de la aparente condición de tener que estudiar, casi obligatoriamente, la masmediación.
Además, es menester precisar la magnitud de la comunicación que va desde los medios masivos y la cultura popular hasta el lenguaje y el comportamiento individual y social[1].
¿QUÉ ES LA COMUNICACIÓN?
La comunicación es una de las actividades humanas que todo el mundo reconoce pero que pocos pueden definir satisfactoriamente. Comunicación es hablar uno con otro, es televisión, es difundir información, es nuestro estilo de peinado, es crítica literaria: la lista es ilimitada[2].
Frente a esta posición, a la que me adscribo, resta decir que: el objeto, los métodos y las teorías, serán de lo más diversas. Pensar que la comunicación debe emplear solamente métodos propios para sus investigaciones y tener un único objeto de estudio no creo que sea lo más acertado ni, dicha exigencia, la más justa.
LA INVESTIGACIÓN
Toda investigación se orienta hacia la solución de un problema determinado. El investigador, al observar la realidad en sus múltiples manifestaciones, al observar fenómenos no esperados o desconocidos por él, descubre situaciones problemáticas... cualquier problema científico implica que todavía no se conocen los medios y los métodos de solución... Con eso queremos afirmar, que el punto de partida de cualquier investigación científica está en la determinación y formulación de un problema.[3]
Sin embargo, en comunicación, habrá que re - orientar el curso de la búsqueda de los mencionados problemas, que nos permitirán aportar al conocimiento científico, esta vez, en áreas que no han sido exploradas aún. Ya que se sabe mucho de los medios masivos, por ejemplo; pero no se sabe nada, o muy poco, de la comunicación interpersonal, especialmente, en cuanto a estudios específicos de comunicación se refiere.
Engels mostró que el desarrollo general del conocimiento de la naturaleza, la sociedad y la actividad espiritual de las personas incluye las siguientes fases principales: observación directa del objeto de estudio como un conjunto en el que todo cambia y está interrelacionado; análisis del objeto resaltando sus distintas facetas y estudiando sus elementos; reconstitución del cuadro de conjunto del objeto sobre la base de las fracciones que habían sido establecidas, es decir, sobre la base de unir el análisis y la síntesis[4].
Es importante la necesidad de hacer hincapié en el empeño y la rigurosidad con la que debe ser abordada la investigación científica en comunicación. Un de las razones que me lleva a pensar en lo mencionado es que Descartes dice: “Nada diré de la Filosofía, ciencia cultivada desde hace muchos siglos por los más poderosos espíritus, y, sin embargo, siempre sujeta a discusión en cualquiera de sus partes, lo que demuestra su incertidumbre y cuán dudosa es... Consideré el gran número de opiniones diferentes que hay para cualquier asunto y cómo una misma cosa se interpreta de muy distintas maneras, aunque estos criterios los mantengan personas doctas. Sin embargo, una cosa no tiene más que una sola verdad, de modo que empecé a considerar falso todo aquello que no es más que verosímil[5].
Traigo estas palabras por la preocupación que me produjo un texto leído de Mario Bunge en el que hace referencia a la Filosofía de las Ciencias Sociales: “Quien se acerca a las ciencias sociales desde las ciencias naturales se siente inicialmente repelido por la oscuridad de la jerga, la pobreza e inexactitud de las ideas, y las pretensiones de hacer pasar la búsqueda de datos sin importancia por investigación científica y la doctrina imprecisa por teoría científica. Por ejemplo, el eminente biólogo de Princeton, John Tyler Bonner (1975), escribe que la sociología humana ‘parece una ciénaga, una mezcla lóbrega de lo obvio y lo oscuro’. Esta impresión se justifica a medias... Una de las características típicas del subdesarrollo es que su propia sociología es subdesarrollada. Es decir, los trabajos que se ocupan del subdesarrollo alcanzan rara vez un nivel científico moderno... solemos llamar Facultad de Ciencias Sociales a lo que casi siempre es una escuela de Ideologías Sociales... Casi toda la producción sociológica, psicosociológica y politológica referente a Latinoamérica exhibe, en mayor o menor grado, diversos defectos conceptuales. Toda ella usa (y a veces a abusa de) nociones oscuras o imprecisas... en las ciencias sociales hay tendencia a dignificar con el nombre de teoría a cualquier montón de opiniones, por desconectadas que estén y por infundadas que sean. Casi siempre se trata de meros marcos teóricos o de doctrinas”[6].
Por tanto, diremos que es muy importante que nuestra investigación sea “sincera” y, como ya dije, muy rigurosa en su elaboración, no sólo porque ojos extremadamente críticos nos tendrán en la mira, sino debido a que el trabajo que se desarrolle, al hacer ciencia permitirá - u obstaculizará - el desarrollo no sólo de la ciencia en si, sino también de la sociedad en su conjunto.
Es menester, también, tomar muy en cuenta los cambios tecnológicos que estamos viviendo. Sin duda, éstos, van a significar transformaciones severas en nuestra vida cotidiana y, ya lo han hecho, en la comunicación. Tal vez una de las respuestas más cercanas y de un nivel envidiable es la que propone José Luis Exeni haciendo referencia a las Políticas Nacionales planteadas por el Dr. Luis Ramiro Beltrán: “Partimos de una constatación básica: no es posible pensar en las políticas de comunicación, ni tampoco repensarlas, al margen de la influencia del pensamiento y acción de Luis Ramiro Beltrán. Y es que cuando en uno de nuestros países se habla de planificación de la comunicación para el desarrollo, la presencia de este comunicólogo y maestro boliviano es como un “molestoso fantasma” que está siempre ahí para recordarnos que, cercanos al próximo milenio, la utopía de democratizar la comunicación sigue vigente[7]. Reflejamos estas palabras por dos razones, la primera: Luis Ramiro Beltrán es un claro ejemplo de calidad de investigación; y la segunda: se pueden plantear novedades muy grandes en cuanto a comunicación y su investigación se refiere.
Si pensamos en un neoimperialismo cultural norteamericano, debemos remitirnos a lo que dice Ignacio Ramonet: “La cuestión volvió a la actualidad a comienzos de los noventa con motivo de las discusiones del GATT (transformada más adelante en Organización Mundial del Comercio). La posición de los europeos frente al dominio de los Estados Unidos se aproximó bastante a la de los países del Sur. De forma inesperada, pudo verse a ministros conservadores, como el de Cultura de Francia en la época, hablando de ‘imperialismo cultural norteamericano’, como lo hubiera hecho veinte años antes un militante de extrema izquierda. En definitiva, se recordaba de pronto que ese imperialismo podía constatarse realmente”[8]
Creo que si se ha realizado investigaciones en las que se ha hecho énfasis en una visión marxista y hoy las cosas han cambiando, esto ha sucedido sólo en apariencia. Como dice Daniel Prieto: “...en la década de los setenta denunciábamos lo que hoy es una realidad. Ahora frente a esta realidad hay varias posibilidades, una de ellas es asustarnos, satanizarla y decir que todo está mal; el otro extremo es decir ‘vivan los medios, viva el mercado’, todo está bien. Considero que no podemos tener una actitud maniqueista y pasar de la satanización a la entrega sonriente. Hay que buscar un punto medio. Todos los medios de comunicación tenemos la obligación... de meternos en este mundo y de trabajar dentro de él. No podemos seguir tirando flechas contra el satélite”. O como manifiesta Héctor Schmucler: “La realidad ha cambiado, se ha convertido en otra dimensión, y entonces lo que tendría que hacer la teoría crítica, si es que estamos pensando en una teoría crítica, es ver cómo funciona esta nueva realidad las formas del dominio, y en ese sentido tienen que modificarse también las teorías, no las construcciones generales[9].
En síntesis, la investigación de la comunicación ha recibido, con los cambios actuales, otra suma de complicaciones a las que ya tenía ésta inicialmente. Pero, será tarea preponderante de los actuales comunicólogos estudiarla, desmenuzarla y plantear nuevas posibilidades y perspectivas al respecto. Pronto.
BIBLIOGRAFÍA
· BUNGE, Mario. "Epistemología" 3ª Edic., 1993 Pags. 155, 175 – 178.. Edit. . Ariel.
· DESCARTES, Renato. “Discurso del Método”, 1980, Edit. Mediterráneo, Pag.26 – 27.
· EXENI, José Luis. “Repensar las Políticas de Comunicación en los Noveinta en “Comunicación si centro”, 1997, Ministerio de Desarrollo Humano, Pag. 242.
· FISKE John. “Introducción al Estudio de la Comunicación”, 1984, Edit. Norma, Pag. XV.
· KEDROV, M.B. y Spirkin, A. "La Ciencia", p.14. Edit.Grijalbo.1968.
· LADRÓN DE GUEVARA, Verónica. “La comunicación a fin de siglo”, de la Revista “Umbral XXI”, Entrevista, 1993, Pags.4 – 12.
· RAMONET, Igancio. “La Tiranía de la Comunicación”, Edit. Debate, 1998, Pag. 144.
· RODRIGUEZ Francisco. Y otros, “Introducción a la Metodología de las Investigaciones Sociales”, 1985, Edit. Política, pag. 67 – 68.
[1] John Fiske, Introducción al Estudio de la Comunicación, 1984, Edit. Norma, Pag. XV.
[2] Ibid. Pag. XIX.
[3] F. Rodriguez, I. Barrios y M.T. Fuentes, Introducción a la Metodología de las Investigaciones Sociales, 1985, Edit. Política, pag. 67 – 68.
[4] M. B. KEDROV y Spirkin, A. "La Ciencia", 1968, Edit.Grijalbo, Pag. 14.
[5] Renato Descartes, Discurso del Método, 1980, Edit. Mediterráneo, Pag.26 – 27.
[6] Mario Bunge, Epistemología, 1993, Edit. Ariel, Pags. 155, 175 – 178.
[7] José Luis Exeni, Repensar las Políticas de Comunicación en los Noveinta en “Comunicación si centro”, 1997, Ministerio de Desarrollo Humano, Pag. 242.
[8] Igancio Ramonet, La Tiranía de la Comunicación, Edit. Debate, 1998, Pag. 144.
[9] Verónica Ladrón de Guevara, La comunicación a fin de siglo de Revista “Umbral XXI”, Entrevista, 1993, Pags.4 – 12.