Libertad de expresión, derecho a la información y libertad de prensa son nobles ideales que algunos hombres no aceptan o prefieren no entender.
Bolivia está viviendo: su peor - creo yo - vergüenza política, y tuvo muchas.
Un ex – Presidente de facto, otrora perseguidor de intelectuales, periodistas, estudiantes y ciudadanos hoy funge como Presidente Constitucional de la República.
Pareciera que el pueblo lo hubiera elegido; pero no fue así. Después de un costoso movimiento publicitario y una coalición de muchos personajes y partidos políticos apenas consiguieron el 28% de votos (aprox.). Veamos: Bolivia tiene una considerable población joven que aún no está en edad de votar, un considerable porcentaje de ciudadanos hábiles para elegir ni siquiera se inscribió y otro tanto se abstuvo de hacerlo. Como vemos quienes optaron por la “dictadura” fueron pocos y directamente interesados. Lástima, los perseguidos de antes dieron su apoyo en el parlamento olvidando a sus caídos y confinados.
Ahora, los derechos esenciales de los individuos son violados. Veamos algunos ejemplos:
En la zona del Chapare se viola a las mujeres, se roba la comida de los campesinos e inclusive se los mata o tortura. La Defensora del Pueblo ha denunciado con pruebas contundentes sucesos como estos. El Ministro de Gobierno ha respondido con insultos y negando lo ocurrido. Extraño es que los periodistas no tienen ingreso a esos parajes, con prohibición expresa, dizque por seguridad de los periodistas.
Hace poco tiempo periodistas de radio, prensa y televisión fueron brutalmente golpeados, por policías en la cárcel de "Palmasola" de la ciudad de Santa Cruz, cubrían un amotinamiento protagonizado por los reos.
En la misma ciudad, en el aeropuerto "El Trompillo", durante una escala técnica que hacía el Presidente Gral. Hugo Banzer Suárez fueron golpeados periodistas que cubrían el hecho, esta vez por uniformados de la policía militar.
He aquí una pequeña muestra de la represión cuyas víctimas, ahora, somos los periodistas. La libertad de expresión y de prensa son vapuleadas y estropeadas; tal cual, en la época más cruda de la dictadura militar. Como vemos no ha cambiado nada o casi nada.
Las instancias correspondientes no han dado explicaciones satisfactorias de los ya mencionados incidentes, se han limitado a atropellar a los denunciantes o, en el mejor de los casos, a callar.
La forma más ruin de mentir al pueblo es a través de la censura practicada con basta habilidad.
Es hora de que unamos esfuerzos, con el fin de aminorar: la injusticia social, el abuso de poder, la corrupción, el robo a las arcas del estado, la inmunidad convertida en impunidad. Somos poseedores del cuarto poder, si no lo hacemos, seremos cómplices viles de cuantos participan del saqueo social.
Es hora de levantar el puño en pro de: las garantías ciudadanas, de la libertad de expresión, del derecho a la información y de la libertad de prensa y gritar con tono encendido: “no callaremos, sólo muertos”.
Bolivia está viviendo: su peor - creo yo - vergüenza política, y tuvo muchas.
Un ex – Presidente de facto, otrora perseguidor de intelectuales, periodistas, estudiantes y ciudadanos hoy funge como Presidente Constitucional de la República.
Pareciera que el pueblo lo hubiera elegido; pero no fue así. Después de un costoso movimiento publicitario y una coalición de muchos personajes y partidos políticos apenas consiguieron el 28% de votos (aprox.). Veamos: Bolivia tiene una considerable población joven que aún no está en edad de votar, un considerable porcentaje de ciudadanos hábiles para elegir ni siquiera se inscribió y otro tanto se abstuvo de hacerlo. Como vemos quienes optaron por la “dictadura” fueron pocos y directamente interesados. Lástima, los perseguidos de antes dieron su apoyo en el parlamento olvidando a sus caídos y confinados.
Ahora, los derechos esenciales de los individuos son violados. Veamos algunos ejemplos:
En la zona del Chapare se viola a las mujeres, se roba la comida de los campesinos e inclusive se los mata o tortura. La Defensora del Pueblo ha denunciado con pruebas contundentes sucesos como estos. El Ministro de Gobierno ha respondido con insultos y negando lo ocurrido. Extraño es que los periodistas no tienen ingreso a esos parajes, con prohibición expresa, dizque por seguridad de los periodistas.
Hace poco tiempo periodistas de radio, prensa y televisión fueron brutalmente golpeados, por policías en la cárcel de "Palmasola" de la ciudad de Santa Cruz, cubrían un amotinamiento protagonizado por los reos.
En la misma ciudad, en el aeropuerto "El Trompillo", durante una escala técnica que hacía el Presidente Gral. Hugo Banzer Suárez fueron golpeados periodistas que cubrían el hecho, esta vez por uniformados de la policía militar.
He aquí una pequeña muestra de la represión cuyas víctimas, ahora, somos los periodistas. La libertad de expresión y de prensa son vapuleadas y estropeadas; tal cual, en la época más cruda de la dictadura militar. Como vemos no ha cambiado nada o casi nada.
Las instancias correspondientes no han dado explicaciones satisfactorias de los ya mencionados incidentes, se han limitado a atropellar a los denunciantes o, en el mejor de los casos, a callar.
La forma más ruin de mentir al pueblo es a través de la censura practicada con basta habilidad.
Es hora de que unamos esfuerzos, con el fin de aminorar: la injusticia social, el abuso de poder, la corrupción, el robo a las arcas del estado, la inmunidad convertida en impunidad. Somos poseedores del cuarto poder, si no lo hacemos, seremos cómplices viles de cuantos participan del saqueo social.
Es hora de levantar el puño en pro de: las garantías ciudadanas, de la libertad de expresión, del derecho a la información y de la libertad de prensa y gritar con tono encendido: “no callaremos, sólo muertos”.