ENSAYO
PERFIL VS. REALIDAD
El tema que nos propusimos analizar en este breve ensayo, es: el nivel de conciencia - en los futuros comunicadores - de que el periodismo - o cualquier área de la comunicación - no sólo representa sino que, se constituye (o más bien podría constituirse) en un verdadero instrumento de transformación y cambio, en cualquier sociedad, en cualquier tiempo y espacio.
El problema que abordaremos en si es: el perfil del Comunicador Social de la U.M.S.A. con miras a un futuro próximo.
Nos basaremos, a lo largo de nuestra exposición, en la siguiente afirmación: los estudiantes de Comunicación Social no son formados, por la universidad, para integrar el Cuarto Poder del Estado; ni menos para ser protagonistas del tan discutido (especialmente en ámbitos universitarios) cambio social. Y por su parte los estudiantes tampoco se autoforman ni tienen el deseo de salir de la mediocridad.
Nuestro objetivo es el de contrastar el perfil del comunicador con la realidad boliviana actual, tomando en cuenta, para ello, dos parámetros: Mercado laboral y Promoción del cambio social.
Veamos para esto dos aspectos:
a) EL MERCADO DE TRABAJO.
De acuerdo con estudios técnicos realizados y, la misma, observación personal, me llevan a inferir que: existe un amplio mercado laboral para los futuros Licenciados en Comunicación Social.
Veamos algunos “indicadores”:
Todas las universidades privadas, del país entero, cuentan con una carrera de Comunicación Social.[1]
Si revisamos los diarios de circulación nacional veremos que buscan, constantemente, profesionales en Comunicación Social.
Si indagamos cuáles los profesionales que tienen a su cargo puestos que deberían ser ocupados por comunicadores, serán: abogados, políticos, historiadores, literatos, administradores, economistas y hasta trabajadores empíricos sin ninguna formación profesional.
b) PROMOCIÓN DEL CAMBIO SOCIAL.
En las aulas, de todas las carreras, de la universidad, pero especialmente en las de la facultad de Ciencias Sociales, es discutido constantemente el problema del cambio social o cambio del modelo económico; es malo hablar de: apenas una transformación o simples reformas estructurales que no llevan a nada, dicen casi todos.
No obstante, no tenemos nisiquiera la capacidad de organizarnos al interior para impulsar una formación superior acorde con la verdadera realidad en la que vivimos, acorde con las exigencias laborales y de mercado, además de exigencias sociales y de responsabilidad para con el pueblo al que pertenecemos.
Cuando hablamos -como una posible respuesta a deficiencias del sistema- de: auto formación, se entiende que el problema aún tiene para mucho. Los estudiantes pedimos más y más facilidades. Queremos pasar de curso con una desgracia o un embarazo o simplemente alegamos que padecemos de problemas familiares y creemos por ello que el docente tiene la obligación de aprobarnos. Esto a menudo se convierte en un verdadero: “Pacto por la mediocridad”, “USTEDES ME TOLERAN Y YO TAMBIÉN LO HAGO”. De este modo nos transformamos en perdedores todos: La sociedad, la universidad, el estado, el país, los universitarios, etc. A nadie parece importarle, corremos tras una meta: el 51.
Así no creo que, precisamente nosotros, seamos los posibilitadores de ningún cambio social ni que copemos puestos de importancia en el mercado laboral.
Este problema, de formación inadecuado a la realidad, parece no ser un problema nacional sino hasta latinoamericano.
Gabriel García Márquez al referirse al periodismo cuestiona la “sacralización de la primicia”, el empleo desaforado de las comillas y el mal entendido papel de la grabadora además de criticar severamente que en Colombia andan sueltas unas 27.000 credenciales de periodistas que sólo son usadas para como salvoconducto para toda clase de privilegios; mientras que los periodistas “de verdad” no las necesitan.[2]
EN EL CAMINO DE CONOCER Y APRENDER A COMUNICAR LA REALIDAD PARA TRANSFORMARLA. Dice textualmente el titular principal de la publicación que emite el 1º Congreso de Comunicación Social de la U.M.S.A.[3]
Se hizo una serie de estudios y encuestas para saber hacia qué rumbo iba a ser dirigido el perfil del nuevo comunicador que formaría la U.M.S.A. Pero, fueron más fuertes los grupos[4] radicales de la carrera, se impusieron amenazando con no permitir el desarrollo del Congreso que, además, es un anhelo estudiantil con data de más de 10 años.
A propósito de lo expuesto en el párrafo anterior el conocido Erick Torrico afirma: “Hay grupos que no le hallan importancia a la realización de estos eventos, ya que sólo buscan el cambio revolucionario de la sociedad y dejan de lado el mejoramiento del sistema universitario”[5].
Urge un diagnóstico que permitirá conocer necesidades de la sociedad respecto de los profesionales en comunicación.
[1] Estas entidades privadas toman muy en cuenta el mercado laboral para sus titulados; a diferencia de la universidad estatal que como consecuencia de presiones de sectores radicales se ve en la necesidad de ceder y de permitir el ingreso indiscriminado de estudiantes que al final se ven frustrados por muchos factores, tema para otro análisis.
[2] Extractado de un despacho de la agencia EFE en marzo de 1997.
[3] Publicación “CONGRESO” de la Carrera de Comunicación Social del 15 de marzo de 1997.
[4] Grupos de marxólogos incrustados al interior de las casas superiores estatales de estudio que se han convertido en grupos opositores de lo que se haga o lo que se quiera hacer. Estos jamás empuñarán una picota o conducirán un tractor, sólo se oponen políticamente, es decir, que jamás ligarán la teoría de lo que profesan con la práctica.
[5] TORRICO, Erick. “Debate académico debe superar deficiencias” “CONGRESO” (PAG.4)
PERFIL VS. REALIDAD
El tema que nos propusimos analizar en este breve ensayo, es: el nivel de conciencia - en los futuros comunicadores - de que el periodismo - o cualquier área de la comunicación - no sólo representa sino que, se constituye (o más bien podría constituirse) en un verdadero instrumento de transformación y cambio, en cualquier sociedad, en cualquier tiempo y espacio.
El problema que abordaremos en si es: el perfil del Comunicador Social de la U.M.S.A. con miras a un futuro próximo.
Nos basaremos, a lo largo de nuestra exposición, en la siguiente afirmación: los estudiantes de Comunicación Social no son formados, por la universidad, para integrar el Cuarto Poder del Estado; ni menos para ser protagonistas del tan discutido (especialmente en ámbitos universitarios) cambio social. Y por su parte los estudiantes tampoco se autoforman ni tienen el deseo de salir de la mediocridad.
Nuestro objetivo es el de contrastar el perfil del comunicador con la realidad boliviana actual, tomando en cuenta, para ello, dos parámetros: Mercado laboral y Promoción del cambio social.
Veamos para esto dos aspectos:
a) EL MERCADO DE TRABAJO.
De acuerdo con estudios técnicos realizados y, la misma, observación personal, me llevan a inferir que: existe un amplio mercado laboral para los futuros Licenciados en Comunicación Social.
Veamos algunos “indicadores”:
Todas las universidades privadas, del país entero, cuentan con una carrera de Comunicación Social.[1]
Si revisamos los diarios de circulación nacional veremos que buscan, constantemente, profesionales en Comunicación Social.
Si indagamos cuáles los profesionales que tienen a su cargo puestos que deberían ser ocupados por comunicadores, serán: abogados, políticos, historiadores, literatos, administradores, economistas y hasta trabajadores empíricos sin ninguna formación profesional.
b) PROMOCIÓN DEL CAMBIO SOCIAL.
En las aulas, de todas las carreras, de la universidad, pero especialmente en las de la facultad de Ciencias Sociales, es discutido constantemente el problema del cambio social o cambio del modelo económico; es malo hablar de: apenas una transformación o simples reformas estructurales que no llevan a nada, dicen casi todos.
No obstante, no tenemos nisiquiera la capacidad de organizarnos al interior para impulsar una formación superior acorde con la verdadera realidad en la que vivimos, acorde con las exigencias laborales y de mercado, además de exigencias sociales y de responsabilidad para con el pueblo al que pertenecemos.
Cuando hablamos -como una posible respuesta a deficiencias del sistema- de: auto formación, se entiende que el problema aún tiene para mucho. Los estudiantes pedimos más y más facilidades. Queremos pasar de curso con una desgracia o un embarazo o simplemente alegamos que padecemos de problemas familiares y creemos por ello que el docente tiene la obligación de aprobarnos. Esto a menudo se convierte en un verdadero: “Pacto por la mediocridad”, “USTEDES ME TOLERAN Y YO TAMBIÉN LO HAGO”. De este modo nos transformamos en perdedores todos: La sociedad, la universidad, el estado, el país, los universitarios, etc. A nadie parece importarle, corremos tras una meta: el 51.
Así no creo que, precisamente nosotros, seamos los posibilitadores de ningún cambio social ni que copemos puestos de importancia en el mercado laboral.
Este problema, de formación inadecuado a la realidad, parece no ser un problema nacional sino hasta latinoamericano.
Gabriel García Márquez al referirse al periodismo cuestiona la “sacralización de la primicia”, el empleo desaforado de las comillas y el mal entendido papel de la grabadora además de criticar severamente que en Colombia andan sueltas unas 27.000 credenciales de periodistas que sólo son usadas para como salvoconducto para toda clase de privilegios; mientras que los periodistas “de verdad” no las necesitan.[2]
EN EL CAMINO DE CONOCER Y APRENDER A COMUNICAR LA REALIDAD PARA TRANSFORMARLA. Dice textualmente el titular principal de la publicación que emite el 1º Congreso de Comunicación Social de la U.M.S.A.[3]
Se hizo una serie de estudios y encuestas para saber hacia qué rumbo iba a ser dirigido el perfil del nuevo comunicador que formaría la U.M.S.A. Pero, fueron más fuertes los grupos[4] radicales de la carrera, se impusieron amenazando con no permitir el desarrollo del Congreso que, además, es un anhelo estudiantil con data de más de 10 años.
A propósito de lo expuesto en el párrafo anterior el conocido Erick Torrico afirma: “Hay grupos que no le hallan importancia a la realización de estos eventos, ya que sólo buscan el cambio revolucionario de la sociedad y dejan de lado el mejoramiento del sistema universitario”[5].
Urge un diagnóstico que permitirá conocer necesidades de la sociedad respecto de los profesionales en comunicación.
[1] Estas entidades privadas toman muy en cuenta el mercado laboral para sus titulados; a diferencia de la universidad estatal que como consecuencia de presiones de sectores radicales se ve en la necesidad de ceder y de permitir el ingreso indiscriminado de estudiantes que al final se ven frustrados por muchos factores, tema para otro análisis.
[2] Extractado de un despacho de la agencia EFE en marzo de 1997.
[3] Publicación “CONGRESO” de la Carrera de Comunicación Social del 15 de marzo de 1997.
[4] Grupos de marxólogos incrustados al interior de las casas superiores estatales de estudio que se han convertido en grupos opositores de lo que se haga o lo que se quiera hacer. Estos jamás empuñarán una picota o conducirán un tractor, sólo se oponen políticamente, es decir, que jamás ligarán la teoría de lo que profesan con la práctica.
[5] TORRICO, Erick. “Debate académico debe superar deficiencias” “CONGRESO” (PAG.4)