Llegan a Bolivia, durante la época de elecciones, asesores de todos los modelos, colores y preferencias, todos con un misión: alcanzar el mayor número de electores o ganar elecciones
Unos lo logran otros no, cobran y gastan sumas astronómicas, que quede claro que quien escribe este artículo nunca accedió a ver un contrato, se basa sencillamente en las noticias de los diferentes periódicos del país y de las páginas web de estas empresas de ganar elecciones, a los que sí se pudo acceder.
Pasadas las elecciones se acabó el marketing político.
Lo cierto es que dejan un vacío que causa que los políticos se olviden de la sociedad, hasta las próximas elecciones. Esta quizá sea una de las causas más importantes para el descontento que se origina en la población respecto de la desatención de sus autoridades electas.
Lo que se plantea y se planteará desde este espacio es que se revise el material que iremos proporcionando – de este número en adelante - , que servirá para que las personas que hacen política y las que quieran hacerla, conozcan de cerca cómo funciona el marketing político y cuáles son los beneficios que aporta.
Los que nos honren con la lectura de este nuevo sector, podrán encontrar material novedoso, pero también clásico de las teorías de marketing aplicado a la política.
Nuestro objetivo principal es que la relación entre la sociedad y la clase política mejore, para bien de toda la comunidad boliviana.
¿Para quién estamos escribiendo? Para todas aquellas personas interesadas en temas de marketing político, liderazgo y democracia, ya sean dirigentes estudiantiles, vecinales, gremiales, comunales y todas aquellas personas afines a la política.
¿Qué cambiaría si los políticos harían marketing? A partir de investigaciones con las que habría que comenzar, se conocería los problemas reales de la gente, verían más de cerca las necesidades de los ciudadanos, comprenderían mejor la situación real. Abrirían más su panorama y no se centrarían en resolver problemas que ellos consideran que hay que priorizar. Esto les haría trabajar en las necesidades más tangibles de la población y la consecuencia directa sería que mejorarían su imagen pública y, consiguientemente, su popularidad.
Por otro lado, la sociedad sentiría que sus necesidades están siendo tomadas en cuenta y que están siendo atendidas oportunamente.
Muchos problemas podrían ser resueltos con muy pocos recursos, pero las ciudades se han vuelto muy grandes y ya no es posible saber todo lo que pasa en ellas y cuales son sus problemas. Las autoridades, una vez en ejercicio, no logran establecer los mecanismos adecuados para conocer lo que espera la población respecto de su accionar político y la resolución directa de sus problemas. Muchas veces los problemas son tan pequeños que pueden ser solucionados casi de inmediato y en muchos casos con pocos recursos económicos y humanos, pero se los desconoce totalmente.
Por tanto, si se crea mecanismos de recopilación de información y mecanismos de análisis de los mismos para determinar las prioridades, las cosas mejoraría para todos.
Creemos que vale la pena este esfuerzo mancomunado, de nuestra parte por poner a disposición información y herramientas de esta naturaleza y la vuestra por revisar, inquirir, aportar, opinar, refutar y, quien sabe, aplicar en el trabajo diario la teoría del marketing político. Sólo el intento ya será enriquecedor para adquirir nuevas experiencias y miradas distintas. Sólo el intento ya vale la pena por que nuestra sociedad merece ser mejor.
Unos lo logran otros no, cobran y gastan sumas astronómicas, que quede claro que quien escribe este artículo nunca accedió a ver un contrato, se basa sencillamente en las noticias de los diferentes periódicos del país y de las páginas web de estas empresas de ganar elecciones, a los que sí se pudo acceder.
Pasadas las elecciones se acabó el marketing político.
Lo cierto es que dejan un vacío que causa que los políticos se olviden de la sociedad, hasta las próximas elecciones. Esta quizá sea una de las causas más importantes para el descontento que se origina en la población respecto de la desatención de sus autoridades electas.
Lo que se plantea y se planteará desde este espacio es que se revise el material que iremos proporcionando – de este número en adelante - , que servirá para que las personas que hacen política y las que quieran hacerla, conozcan de cerca cómo funciona el marketing político y cuáles son los beneficios que aporta.
Los que nos honren con la lectura de este nuevo sector, podrán encontrar material novedoso, pero también clásico de las teorías de marketing aplicado a la política.
Nuestro objetivo principal es que la relación entre la sociedad y la clase política mejore, para bien de toda la comunidad boliviana.
¿Para quién estamos escribiendo? Para todas aquellas personas interesadas en temas de marketing político, liderazgo y democracia, ya sean dirigentes estudiantiles, vecinales, gremiales, comunales y todas aquellas personas afines a la política.
¿Qué cambiaría si los políticos harían marketing? A partir de investigaciones con las que habría que comenzar, se conocería los problemas reales de la gente, verían más de cerca las necesidades de los ciudadanos, comprenderían mejor la situación real. Abrirían más su panorama y no se centrarían en resolver problemas que ellos consideran que hay que priorizar. Esto les haría trabajar en las necesidades más tangibles de la población y la consecuencia directa sería que mejorarían su imagen pública y, consiguientemente, su popularidad.
Por otro lado, la sociedad sentiría que sus necesidades están siendo tomadas en cuenta y que están siendo atendidas oportunamente.
Muchos problemas podrían ser resueltos con muy pocos recursos, pero las ciudades se han vuelto muy grandes y ya no es posible saber todo lo que pasa en ellas y cuales son sus problemas. Las autoridades, una vez en ejercicio, no logran establecer los mecanismos adecuados para conocer lo que espera la población respecto de su accionar político y la resolución directa de sus problemas. Muchas veces los problemas son tan pequeños que pueden ser solucionados casi de inmediato y en muchos casos con pocos recursos económicos y humanos, pero se los desconoce totalmente.
Por tanto, si se crea mecanismos de recopilación de información y mecanismos de análisis de los mismos para determinar las prioridades, las cosas mejoraría para todos.
Creemos que vale la pena este esfuerzo mancomunado, de nuestra parte por poner a disposición información y herramientas de esta naturaleza y la vuestra por revisar, inquirir, aportar, opinar, refutar y, quien sabe, aplicar en el trabajo diario la teoría del marketing político. Sólo el intento ya será enriquecedor para adquirir nuevas experiencias y miradas distintas. Sólo el intento ya vale la pena por que nuestra sociedad merece ser mejor.