Estuve pensando largas horas sobre cómo iniciar oficialmente Comunicadores Asociados Bolivia. Cómo dar el primer paso, las primeras palabras, el primer inspirar y espirar de COMAS. BOL.
Así hube llegado al convencimiento de que la mejor manera es aquella que nos conduce a pensar en nuestro país; en su progreso; en una distribución más justa de la riqueza producida; está en propugnar el desarrollo nacional en todos los ámbitos donde podamos hacerlo; está en el esfuerzo que pongamos en nuestro trabajo diario; está en el ímpetu con el que nos esforcemos por alcanzar nuestras metas, por grandes que puedan parecernos; está en hacer un comprometido esfuerzo por borrar de nuestra mente esa maligna, calamitosa y desastrosa vocación tercermundista que suele caracterizarnos a los jóvenes vecinos de los países subdesarrollados de ésta nuestra época; está principalmente – creo yo – en nosotros mismos, en nuestra propia fuerza de voluntad, en nuestro afán, está en el típico impulso que le otorguemos a nuestra labor, en ese peculiar vigor que sea nuestro sello personal, en fin, está en nuestras mismas manos, esa es a mi juicio la mejor manera en que podemos parir COMAS. BOL.
El pueblo al que pertenecemos, a través de los impuestos que tienen como destino la universidad estatal, ha cifrado sus esperanzas, sus anhelos, su sed de justicia, sus ansias de equidad, su necesidad de equilibrio económico: en nosotros como estudiantes, quienes, en un futuro cercano ya, seremos los encargados de llevar hacia adelante, o hacia atrás, los destinos de la nación; creo que tenemos, al menos, el deber cívico de replantearnos la referida idea hacia nuestro interior.
Por eso me permito hacer un llamado a todos quienes a partir de hoy conformamos COMAS. BOL.: a perder el miedo a la derrota, a deshacernos del temor al fracaso. Convoco, también, a poner nuestro más arduo empeño en todo trabajo que encaremos, a rebosar de ánimo todo aquello que emprendamos, a empapar de energía y juventud cada uno de nuestros emprésitos futuros, a laborar con entereza, con devoción, con firmeza. Creo en lo personal: que todo trabajo debe ser hecho con pasión, con ahínco, con tesón, con pertinacia; pero principalmente, con la más firme y erguida convicción de que: SÍ PODREMOS HACERLO y que pondremos todo, pero absolutamente todo lo que esté a nuestro alcance para que éste nuestro trabajo sea EL MEJOR.
Así hube llegado al convencimiento de que la mejor manera es aquella que nos conduce a pensar en nuestro país; en su progreso; en una distribución más justa de la riqueza producida; está en propugnar el desarrollo nacional en todos los ámbitos donde podamos hacerlo; está en el esfuerzo que pongamos en nuestro trabajo diario; está en el ímpetu con el que nos esforcemos por alcanzar nuestras metas, por grandes que puedan parecernos; está en hacer un comprometido esfuerzo por borrar de nuestra mente esa maligna, calamitosa y desastrosa vocación tercermundista que suele caracterizarnos a los jóvenes vecinos de los países subdesarrollados de ésta nuestra época; está principalmente – creo yo – en nosotros mismos, en nuestra propia fuerza de voluntad, en nuestro afán, está en el típico impulso que le otorguemos a nuestra labor, en ese peculiar vigor que sea nuestro sello personal, en fin, está en nuestras mismas manos, esa es a mi juicio la mejor manera en que podemos parir COMAS. BOL.
El pueblo al que pertenecemos, a través de los impuestos que tienen como destino la universidad estatal, ha cifrado sus esperanzas, sus anhelos, su sed de justicia, sus ansias de equidad, su necesidad de equilibrio económico: en nosotros como estudiantes, quienes, en un futuro cercano ya, seremos los encargados de llevar hacia adelante, o hacia atrás, los destinos de la nación; creo que tenemos, al menos, el deber cívico de replantearnos la referida idea hacia nuestro interior.
Por eso me permito hacer un llamado a todos quienes a partir de hoy conformamos COMAS. BOL.: a perder el miedo a la derrota, a deshacernos del temor al fracaso. Convoco, también, a poner nuestro más arduo empeño en todo trabajo que encaremos, a rebosar de ánimo todo aquello que emprendamos, a empapar de energía y juventud cada uno de nuestros emprésitos futuros, a laborar con entereza, con devoción, con firmeza. Creo en lo personal: que todo trabajo debe ser hecho con pasión, con ahínco, con tesón, con pertinacia; pero principalmente, con la más firme y erguida convicción de que: SÍ PODREMOS HACERLO y que pondremos todo, pero absolutamente todo lo que esté a nuestro alcance para que éste nuestro trabajo sea EL MEJOR.